Cada día en el mundo empresarial se escucha más la necesidad de tener un MDM, del fenómeno BYOD, de controlar los dispositivos móviles, etc. ¿Pero por qué todo esto es tan importante y por qué ahora?
A diario todo el mundo necesitamos utilizar dispositivos móviles para poder llevar a cabo las funciones de nuestro trabajo: teléfonos, tablets y ordenadores portátiles entre los dispositivos más destacados. En muchos casos utilizamos los tres elementos, incluso más, o incluso varios de ellos. No es raro ver personas que tienen dos teléfonos móviles, Tablet, portátil…
Desde siempre el mundo IT ha estado preocupado por la seguridad de los clásicos ordenadores de sobremesa, controlándolos de diversas maneras, con gestión de usuarios, dominio, active directory, antivirus e infinidad de medidas de seguridad. Pero en los últimos 5 años y casi sin darnos cuenta ha crecido de forma exponencial el uso de los teléfonos y tablets para trabajar. Son herramientas cotidianas que usamos para ver el correo corporativo y personal, enviar emails a clientes con datos de la empresa, acceder a la intranet, llevar catálogos, uso de aplicaciones tanto personales como corporativas, etc.
Y no ha sido hasta hace muy poco que las empresas se han dado cuenta de lo peligroso que es para su seguridad todo esto. Los dispositivos móviles han entrado en nuestra vida profesional, accedemos a datos corporativos y confidenciales, en cualquier momento, en cualquier sitio. No solo en la oficina, donde a través de la wifi corporativa puede haber un cierto control. Accedemos desde nuestra casa, desde la calle, desde la estación de tren, o desde la wifi de un centro comercial o de ciertos restaurantes famosos de comida rápida. Los datos confidenciales de la empresa están en peligro.
Un MDM es un software que, entre otras cosas, permite gestionar el parque de dispositivos móviles de una empresa, securizar datos corporativos y las comunicaciones, distribuir, controlar y actualizar aplicaciones, perfiles de configuración, restricciones, borrar datos en remoto, localizar, y mucho más. Todo de manera remota y transparente para el usuario, y ahorrando un increíble trabajo al personal IT, ya que ya no tienen que configurar un palet con los 300 iPads de la empresa (sin tener en cuenta lo laborioso que es centralizarlo y que todos los empleados lo manden a su destino, con los costes de transporte y otros problemas que conlleva). Con un par de clicks en la consola del MDM ya lo tienen todo configurado y desplegado a los dispositivos remotamente, estén donde estén y sin que tenga que interactuar el usuario final para nada.
De este modo, las empresas tienen controlados qué dispositivos tienen y a quién se los han entregado. Pueden controlar que versión de Sistema Operativo tienen, para saber si pueden tener problemas de compatibilidad o no. Pueden localizar un dispositivo si se ha perdido o ha sido robado, incluso borrar toda la información del teléfono en remoto y restaurarlo para que nadie pueda acceder a los datos corporativos y confidenciales de la empresa. Pueden distribuir perfiles de configuración, como por ejemplo perfiles WiFi o VPN, para que de modo automático se conecten los dispositivos de manera segura, y sin necesidad de establecer protocolos para solicitar claves, usuarios, etc. Pueden distribuir aplicaciones corporativas, actualizarlas o eliminarlas para garantizar que los empleados tienen las herramientas necesarias para llevar su trabajo del modo más eficiente, seguro y transparente.
Además, las empresas pueden manejar con solvencia un fenómeno al que se están enfrentando sin saber muy bien hasta ahora cómo gestionarlo: el fenómeno BYOD (Bring Your Own Device). Ya no solo los empleados utilizan los dispositivos corporativos que les entrega la empresa para trabajar. Ahora los usuarios utilizan sus dispositivos personales para trabajar, lo que es peligroso para las compañías, ya que por un lado, acceden a datos confidenciales con dispositivos personales que pueden sacar la información fuera, incluso meter malware en la red. Y sobretodo las empresas tienen muchos problemas para establecer qué políticas llevan a cabo para controlar estos dispositivos, ya que no pueden exigir que el empleado entregue su teléfono personal a IT para configurarlo, y mucho menos borrar remotamente sus datos personales, pudiendo enfrentarse incluso a demandas.
Gracias a los MDM, distinguen perfectamente y separan totalmente el entorno corporativo y el entorno personal. El MDM permite registrar dispositivos personales y crear una capa de seguridad adicional, como una caja de zapatos dentro del teléfono, donde se almacenarían los datos corporativos, las configuraciones, las comunicaciones, las aplicaciones, todo, separándolo totalmente de lo personal de un modo cien por cien seguro para el usuario. La empresa solo tendría control sobre lo que hay en esa caja y a nada más, manteniendo la integridad y seguridad de su información y garantizando la tranquilidad del empleado de que sus datos personales no se van a ver nunca afectados.
Así pues los MDMs son cada vez herramientas más cotidianas e imprescindibles en las empresas, que por un lado les permiten ser más seguras y proteger su información corporativa, y por otro lado permiten a los empleados llevar a cabo su trabajo de un modo más eficiente, transparente, cómodo, ágil y de plena satisfacción y confianza para todas las partes.